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Reseña: Dumb Money y la democratización de la inversión

Me di la oportunidad de ir al cine a ver Dumb Money (2023), una película dirigida por Craig Gillespie, y estoy seguro que será una película clásica sobre el mundo financiero, a la par de Wolf of Wall Street (2013) o The Big Short (2015). Al igual que estas últimas, el film de Gillespie cuenta la historia de un cisne negro, el cómo una revuelta de inversores minoristas en internet lograron poner en jaque a las posiciones cortas de los grandes fondos de cobertura a inicios del 2021. En este caso, se trata de una adaptación del libro The AntiSocial Network: The GameStop Short Squeeze and the Ragtag Group of Amateur Traders That Brought Wall Street to Its Knees (2021), escrito por Ben Mezrich.

            A  decir verdad, el título de la película en español (El poder de los centavos) queda a deber a la jerga de hablar de “Dinero tonto”, como hace originalmente en inglés.[1] Como es sabido, a los inversionistas institucionales y fondos mutuos se les conoce como “Smart money”, o “dinero inteligente”, debido a los recursos que cuentan a su disposición. Por el contrario, el “Dinero tonto” es un término usado para designar a los inversionistas individuales, quienes históricamente son perdedores en el mercado de valores debido a factores como la falta de educación financiera, la elevada exposición al riesgo, o los imprevistos que les llevan a liquidar posiciones con minusvalías. La gracia está en que los participantes de estos foros en internet se refieren a sí mismos como “Dumb money”, hacen bromas sobre sus capacidades cognitivas, o hacen alusión a ser parte de una comunidad de simios (apes); con lo cual se apropian del término y lo resignifican para hacer de él una identidad.

            La película narra cómo el analista e inversionista estadounidense Keith Gill (interpretado por Paul Dano) , conocido como Roaring Kitty en Twitter, y como DeepFuckingValue en YouTube, puso la mayor parte de su patrimonio en acciones de GameStop, y lanzó publicaciones en YouTube y Reddit (en el famoso canal r/wallstreetbets) para  convencer a otros para hacer lo mismo. En tanto, el film narra otros puntos de vista: los de los minoristas que replicaron con sus propias posibilidades el exhorto de Gill (a saber, una enfermera, un empleado de una tienda de GameStop y dos estudiantes de la Universidad de Texas); el de los grandes fondos de cobertura, como Melvin Capital, Citadel Securities y Point72; así como el ascenso y declive de Robinhood, el broker que mayormente utilizaron los minoristas durante estos acontecimientos.  

            En el mejor de los casos, como el de Gill, se trata de una persona compartiendo legítimamente sus razones para comprar cierto activo; pero en otros, personas utilizan su capital social para llevar a otros a comprar activos de inversión, solo para aprovechar el mayor volumen y vender en el pico de la ola. A esta práctica se le conoce como pump-and-dump (inflar y desechar), y sobra decir que múltiples legislaciones la persiguen porque se considera manipulación de mercado. 

            Ver la película es rememorar el cómo Gill desarrolló en medio de la pandemia y las cuarentenas por Covid-19 la tesis de que la acción de GameStop estaba subvaluada, y cómo decidió comenzar a comprar acciones y compartir sus hojas de balance en Reddit para mostrar a otros el rendimiento de sus 53 mil dólares en inversión inicial. La idea de Gill no solo era la subvaluación de GameStop, sino llevar a los vendedores en corto; mayormente fondos de cobertura como Melvin o Citadel, a una situación insostenible en donde el incremento de precio de las acciones les hiciera recibir llamadas de margen (margin calls) para cubrir sus posiciones, elevando la demanda y la presión de compra, pues los vendedores cortos están obligados a recomprar. A ese escenario se le conoce como estrangulamiento de posiciones cortas (short squeeze). 

            Por otro lado, Gabe Plotkin (interpretado por Seth Rogen), fundador de de Melvin Capital, explica en la película que tenía opciones put sobre GameStop desde 2014, y que su tesis era que la empresa era otro Blockbuster a la espera de llegar a la bancarrota. Este pronóstico era aún más cercano en medio de la pandemia, cuando en el verano del 2020 la acción cayó debajo de los 2 dólares; y que para enero del 2021, las posiciones cortas sobre  GameStop superaran la totalidad de acciones en circulación. Con un elevado interés en recomprar acciones vendidas con anterioridad, GameStop era una candidata ideal para un short squeeze. Al respecto, es una escena icónica de la película cómo Gill le muestra a su esposa que consiguieron ganar 5 millones de dólares en un día, mientras que por el otro lado, Plotkin dice que perdió mil millones ese mismo día. 

            Una de las tesis de Gill era que los analistas bursátiles de Wall Street pueden equivocarse; un hecho que rememora a la audiencia sobre los acontecimientos de la crisis subprime del 2008. Esta crisis también se encuentra como parte del escenario: los protagonistas se caracterizan por no poder acceder a empleos bien remunerados, o están atrapados con el pago de sus deudas estudiantiles, razones por las cuales se refugian a especular en acciones “centaveras” (aquí es donde el título oficial en español cobra sentido) a través de Robinhood para alcanzar su libertad financiera. Después de todo, la app de Robinhood ofrecía a los usuarios la posibilidad de comprar y vender acciones, operar opciones e incluso criptomonedas desde la comodidad de un smartphone, y sin pagar comisiones. 

            Precisamente, la supuesta gratuidad de Robinhood es la otra lección que deja la película, pues esta clase de servicios no cobran comisiones a los usuarios debido a que venden los flujos de los minoristas a los creadores de mercado (market makers); un proceso conocido como pago por flujo de órdenes (Payment for order flow)De este modo, la película muestra cómo el 28 de enero del 2021, Robinhood detuvo las compras de las acciones de GameStop desde su plataforma, y delinea un hecho controversial para los minoristas y en el marco del juicio de la vida real sobre estos acontecimientos: que los directivos de Robinhood mantuvieron comunicación con Citadel, quien era el market maker que compraba las órdenes los inversionistas. Sobre decir que en la vida real, Kenneth Griffin, CEO de Citadel, no estuvo conforme con la forma en que se le mostró en la película, señalando que es difamatoria sobre él y la empresa.[2] Es por esta razón y las controversias detrás de este detalle, que la película incluye una advertencia: se trata de una dramatización, y no de un documental. 

            La película logra con éxito explicar temas financieros complejos a la audiencia, aunque también es cierto que para hacerlo, hizo de lado parte de la tesis de Gill: que circulan más de las acciones legalmente emitidas para ciertas emisoras, un proceso que presuntamente efectúan los market makers para diluir a las empresas (razón por la cual los directivos de GameStop sugirieron entre líneas a los inversionistas pedir que registraran sus acciones a su nombre: el proceso del Direct Registration System, o DRS); o la acumulación de acciones cortas no pagadas (el famoso Failure to Deliver). Por otro lado, también se omite, más allá de un par de diálogos, el papel de Ryan Cohen, CEO de GameStop, pues este último se involucró con los minoristas como inversor activista.

            En el marco de lo mostrado en Dumb Money, se muestra que Gill liquidó su posición al vender por 34 millones de dólares, tras ser citado a comparecer a juicio ante el Congreso estadounidense, por la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés). Tres de los minoristas mostrados en la película terminaron con ganancias, mientras que el cuarto habría perdido dinero. Pero en la vida real, quien hubiera comprado en el pico que alcanzaron las acciones de GameStop (81 dólares), al 21 de noviembre del 2023, tendría cuatro acciones de 12.55 dólares (50.2 dólares en total), lo que equivale a una minusvalía del 38.02%. Sobra decir que a Robinhood como empresa tampoco le fue bien, tras la pérdida de credibilidad que sufrió y a menores volúmenes de operación.


[1]    Al respecto, el autor de esta nota se refirió coloquialmente a la película como Dinero pendejo (Sic), por razones que a continuación se explican.

[2]    No es la única ocasión: Kat Stryker, una barista residente en California, quien formó parte del movimiento, llegó a pagar por avionetas que dejaran mensajes en el cielo sugiriendo que Griffin había mentido bajo juramento en el juicio. A mediados del 2022, los abogados de Citadel le solicitaron a Stryker detener su campaña, o la demandarían por difamación. 

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