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Desafíos de la Reserva Federal de E.U. y México ante la inflación

La Reserva Federal de E.U. (Fed) se encuentra en una encrucijada económica, debatiendo si reducir las tasas de interés en medio de una inflación que aún no alcanza el objetivo del 2% y un mercado laboral sólido. Esta situación se complica aún más por la proximidad de las elecciones presidenciales, lo que podría influir en las decisiones de política monetaria.

En este contexto, la Fed ha enfatizado que la inflación se ha mantenido obstinadamente alta, indicando que no planea reducir las tasas de interés hasta que tenga «mayor confianza» que el aumento de precios se está desacelerando de manera sostenida. La Reserva Federal está decidida a reducir los aumentos de precios al nivel anual del 2%. En el registro más reciente sobre inflación, el índice de precios al consumidor durante los doce meses a marzo del 2024 subió un 3.5%. Los gastos de consumo personal, la cifra de inflación que la Reserva Federal observa más de cerca, aumentaron un 2.7% en el mismo periodo de tiempo. El emisor norteamericano ha tenido que mantener su tasa de interés clave sin cambios entre el 5.25% y el 5.5% —el nivel más alto en más de una década— por mucho más tiempo de lo que se esperaba y eso está poniendo nerviosos a los mercados.

Los mercados financieros han reaccionado de manera volátil tanto a las cifras económicas como a las reacciones de la Fed. Las acciones en E.U. han caído desde los máximos alcanzados en marzo, cuando los mercados aún esperaban que los recortes de tasas vendrían pronto. Por otro lado, los rendimientos de los bonos del Tesoro han aumentado, indicando que los inversionistas están considerando la posibilidad que las tasas de interés se mantengan más altas por más tiempo, ante las dificultades de domar la inflación.

Sin embargo, hubo algunas señales de alivio frente a las declaraciones de la semana pasada por parte del presidente de la Fed que la próxima medida política del banco central será reducir su tasa de interés de política monetaria, y no subirlas. Lo anterior, había comenzado a aparecer dentro de los escenarios posibles -aunque poco probables- ante una inflación aún demasiado alta para el plan de recortar tasas que tenía en mente la Fed.

Las decisiones de la Reserva Federal tienen un efecto que va más allá del propio E.U. Son particularmente significativas para mercados emergentes, especialmente América Latina. Los cambios en las tasas de E.U. pueden influir, por ejemplo, en los rendimientos de la deuda soberana de países latinoamericanos, afectando sus condiciones financieras y equilibrios macroeconómicos.

México, como parte de la región, no está exento de estos efectos de contagio y deberá navegar cuidadosamente en este entorno económico global incierto. En el último anuncio de política monetaria, Banxico mantuvo su tasa de referencia en 11% por decisión unánime y no muestra señales de que vea condiciones para realizar una baja en ella pronto, pues continúa viendo importantes retos para la inflación que dificultan el escenario para una posible baja en los siguientes meses. De hecho, aumentó su previsión de inflación para los siguientes trimestres en magnitudes que alcanzaron los 40 puntos base para algunos trimestres y ahora ve la convergencia al 3% hasta el cuarto trimestre de 2025.

En resumen, la Reserva Federal se encuentra en una posición complicada, donde debe equilibrar la necesidad de controlar la inflación con el riesgo de enfriar un mercado laboral robusto. Las decisiones de política monetaria se toman con cautela, especialmente en un año electoral ajustado, donde cualquier movimiento podría tener implicaciones significativas tanto para la economía como para los resultados electorales en E.U. pero con repercusiones más allá de sus fronteras, incluyendo la economía de México.

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