La empatía y el conocimiento son herramientas fundamentales para apoyar a la sociedad en su crecimiento económico a través de las Bolsas de Valores, hablar con sinceridad sobre el riesgo, genera confianza en un inversionista y abre la posibilidad a las empresas para obtener financiamientos atractivos.
Un sistema financiero está conformado por ahorradores, quiénes cuentan con excedentes de efectivo y por otro lado, deudores, quiénes tienen un déficit de efectivo. La labor de conectar a ambos integrantes es de las instituciones financieras, ellas captan los ahorros convirtiéndolos en inversiones cuando lo prestan; esto beneficia a la economía en el momento en que los recursos se enfocan hacia la adquisición de activos, o bien, en proyectos productivos que generan ganancias y empleos.
Las bolsas de valores son los intermediarios financieros que conectan a las empresas que necesitan recursos y a los inversionistas que buscan rendimientos por sus ahorros, esto a través de la emisión de acciones por parte de las empresas solicitantes de recursos, las cuales adquieren los inversionistas. En México, la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) cuenta con una historia de más de 125 años.

Hacia el 2020, el mercado bursátil representó el 36% del Producto Interno Bruto (PIB), lo cual significa que tiene un relevante potencial de crecimiento; como comparativo el mercado de valores en India representa el 99% de su PIB. Esto nos indica que aún no utilizamos las herramientas que nos proporcionan las bolsas de valores, tanto desde la perspectiva del inversionista, como desde la posición del financiamiento empresarial, según la Condusef, solo el 1% de la población en México cuenta con algún instrumento de inversión.
La percepción de la población es que las inversiones sólo competen a expertos, lo cual se refleja en un estudio realizado por BlackRock, donde se indica que el 54% de su muestra piensa así, esto es el reflejo del temor a la incertidumbre y la aversión al riesgo de perder los ahorros.
En mi experiencia, observo cada vez más jóvenes con intención y curiosidad por las inversiones, así como personas jubiladas que buscan opciones para hacer crecer su dinero, pero a pesar del creciente interés en los mercados bursátiles, los mitos y desconocimiento siguen siendo una constante. Observo cómo algunas personas muestran una abierta desconfianza a los mercados financieros y optan por invertir en bienes inmobiliarios ya que consideran que no tienen riesgo, lo cierto es que todo tiene un riesgo, todo negocio o inversión representa una posible perdida, así como una posible ganancia, esto es la volatilidad, un término que no se conoce y no es del total agrado, pero es tan normal y común como el cambio.
Porqué entonces cómo sociedad no admitimos que los cambios también se dan en las inversiones financieras, soy empática con la aversión al riesgo que muestran tanto los jóvenes como los más adultos, ya que no es fácil dar nuestros ahorros ante el temor de perder el dinero que representa el esfuerzo de una vida, la seguridad de nuestra familia, o bien, el capital que tenemos para vivir en los próximos años.

Considero que, para crecer la participación en el mercado bursátil en nuestro país, debemos pensar en el factor humano, en el temor válido de las personas a perder su dinero y tomar en cuenta los mitos y fraudes que se han presentado en la economía, para luego, mostrar los resultados y beneficios que brinda la bolsa, tanto hacia las finanzas personales, como para el crecimiento económico de las sociedades. Si queremos que la gente deje de temer al riesgo, lo primero que debemos hacer es ser sinceros, el riesgo es normal y natural, al verlo de dicha forma las personas van a confiar más, al menos así ha pasado en mi experiencia.
En mi labor como docente y consultor he aprendido que soy yo quién tiene la responsabilidad de apoyar a las personas a comprender los conceptos desde un punto de vista sencillo, que conecte con su realidad, hablar con palabras claras y fáciles de entender. La inflación, por ejemplo, es un término importante de comprender “el aumento de los precios” y, por ende, cuando sube la inflación corremos el riesgo de que nuestro dinero pierda valor, la forma de disminuir dicho riesgo son las inversiones, el riesgo no se elimina, se minimiza, se gestiona, se traslada.
Ante un entorno cambiante, con incertidumbre, donde al llegar a la conclusión de nuestra vida productiva no tendremos una jubilación vitalicia, considero que es mi responsabilidad como financiera, compartir el conocimiento y practicar la empatía, para que muchas más personas puedan comprender cómo funcionan las Bolsas de valores, así como la importancia y beneficios de las inversiones.
Por. Mtra. Susana Edith Armas Viñas, docente de la Escuela Bancaria y Comercial Campus Guadalajara y experta en finanzas.
Fuentes de Información:
– http://educa.banxico.org.mx/banxico_educa_educacion_financiera/blog-24-mercados-financieros.html