México se ha vuelto uno de los principales productores y exportadores de berries en el mundo, especialmente de fresas, frambuesas y arándanos. Estas pequeñas frutas han experimentado un auge en la demanda global en los últimos años, debido a sus distintos beneficios y la relevancia que han alcanzado en la dieta de sus consumidores.
Aunque detrás del éxito de la exportación de berries de connacionales se esconde una realidad compleja y desafiante, la exposición a temas cambiarios y las repercusiones en el precio del fruto que amenaza los márgenes y la rentabilidad de los comerciantes y empresas mexicanas.

La fluctuación del dólar frente al peso mexicano es una preocupación constante para los exportadores locales, esto debido a que la mayoría de las transacciones internacionales se realizan en dólares, cualquier cambio en el valor de la divisa mexicana, como el de las últimas semanas, puede tener un efecto significativo en los ingresos y márgenes de ganancia.
Por otro lado, la rentabilidad de la producción de berries está influenciada por dos factores cruciales: el precio de la fruta y el tipo de cambio. El primero, el precio de la fruta fluctúa semanalmente y depende de la calidad percibida por el comercializador, lo que significa que los productores no siempre tienen control sobre esta variable.
Dado que muchos de los gastos de los productores se realizan en pesos mexicanos, el tipo de cambio al que venden sus dólares impacta directamente en la rentabilidad en pesos de sus cultivos.
Para hacer frente a este reto, esta industria y sus exportadores podrían considerar proactivamente el uso de coberturas cambiarias que brinden flexibilidad a su operación y mitiguen los efectos de los movimientos cambiarios mientras se limitan las pérdidas potenciales.
Asimismo, se vuelve sugerente para estas empresas establecer una estrategia de cobertura continua en la que fijan tasas de cambio para un porcentaje de sus ingresos en moneda extranjera de manera regular. Esto les permitiría suavizar las fluctuaciones a lo largo del tiempo y reducir la exposición a movimientos bruscos del mercado.
Debido a que las temporadas de producción pueden rondar hasta 4 meses, tener una cobertura para el plazo donde se cobrarán las facturas facilita la implementación de una estrategia hasta por 18 meses.
Mientras eso sucede estamos viendo que los exportadores de berries mexicanos han adoptado medidas, una de ellas es la diversificación de mercados para ampliar su base de clientes a nivel internacional, con ello han reducido su dependencia de un solo mercado.

Durante el primer bimestre de 2023 las berries fueron el producto que más se vendió a países como Estados Unidos, Arabia Saudita, Reino Unido, Canadá, Kuwait, China, Guatemala, Japón, Panamá y Qatar, logrando un valor acumulado en ventas al exterior por 777 millones de dólares, de acuerdo con la balanza comercial de los agroalimentos en México.
También han optado por agregar valor a sus productos, como la producción de mermeladas, jugos y productos con valor agregado. Esto les permite establecer precios más altos y reducir la exposición a las fluctuaciones cambiarias, ya que pueden fijar precios en función de los costos de producción en pesos mexicanos.
En este contexto no hay duda de que las berries en México han alcanzado relevancia y convertirse en uno de los cultivos más rentables para sus productores, ya que genera retorno de ganancias desde el segundo año.
Con ello, desde hace tiempo dejaron de ser pequeñas adiciones a la canasta de frutas, y poco a poco han logrado convertirse en protagonistas, enriqueciendo la dieta, las carteras y los campos a lo largo del país.
Por: Nicolás Eguiarte Corona, director de desarrollo de negocio de Banco BASE.