En México, los dichos ocupan un lugar prominente en la cultura popular, entre las expresiones de este lenguaje cotidiano, destaca una que connota nuestra baja cultura financiera: “Los bienes son para remediar los males”. Desafortunadamente, es común esa idea que desprendernos de los recursos que nos costó mucho trabajo y esfuerzo conseguir a lo largo de los años, es la única solución ante problemas de flujo de efectivo que requieren de solvencia inmediata.
Este enfoque irreflexivo es resultado de una urgencia por solventar compromisos financieros ante la falta de una estrategia temprana de prevención a largo plazo.

Somos un país con un bajo nivel de educación financiera en general, pero tenemos sobre todo un desafío particularmente apremiante: la planificación de la jubilación.
La falta de comprensión sobre estrategias de ahorro a largo plazo, inversión prudente y la estructuración de un colchón financiero para la edad del retiro, a menudo conduce a decisiones precipitadas: aquellos que han alcanzado la etapa de jubilación se ven obligados a liquidar activos que han acumulado durante años de trabajo. Propiedades, inversiones y objetos de valor, obtenidos con dedicación, son sacrificados en un intento por enfrentar las necesidades básicas y los desafíos de salud que acompañan el paso del tiempo; para colmo, hemos dejado estas soluciones en manos del Gobierno pensando que será un Gobierno paternalista el que nos garantizarán una pensión y salud dignas.

***ENCUESTA NACIONAL DE OCUPACIÓN Y EMPLEO. INEGI, 2019.
Dado que el Estado, hasta el momento, no ha dado señales de eficacia en este rubro, es necesario buscar herramientas que aseguren un retiro tranquilo y estable. Aprovechar instrumentos de inversión inteligente, establecer un fondo de emergencia y acceder a asesoramiento experto pueden allanar el camino hacia una jubilación más segura y no dependiente.
Una planificación financiera sostenida, es bien representada por los Planes Personales de Retiro (PPR) que surgen como proyectos de ahorro a largo plazo, ofreciendo la oportunidad de acumular recursos significativos para una pensión mejorada, especialmente cuando se inician en una etapa temprana de la vida.
Además de sus beneficios intrínsecos, los PPR vinculados a aseguradoras confiables brindan ventajas fiscales al ser considerados gastos deducibles en la declaración anual, y ofrecen coberturas de seguros que protegen contra contingencias inesperadas. Con tasas de interés atractivas y la magia del interés compuesto, los PPR se erigen como un camino inteligente hacia una jubilación segura.
Es hora de visualizar el retiro como una nueva oportunidad para disfrutar de los frutos del esfuerzo de toda una vida, con una independencia financiera garantizada por nosotros mismos; la transformación de la mentalidad y la adopción de enfoques financieros informados aunados a una buena asesoría, nos llevará hacia un retiro más estable y provechoso.

Por: Mauricio Delgadillo, socio fundador de Balance Capital