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Inflación y Tasas de Política Monetaria en las principales economías de América Latina

Actualmente, nos encontramos en un periodo en el que la expectativa para las principales economías de Latinoamérica durante el segundo semestre del año es positiva para la inflación, esto se debe principalmente a la desaceleración que han tenido los índices generales, debido al comportamiento de los precios de energéticos y alimentos.  No obstante, también se observa en los últimos indicadores que los índices subyacentes se encuentran cediendo.  Lo anterior, contextualizado en un entorno de altas tasas de interés y una desaceleración económica esperada en la mayoría de los casos, después de un desempeño que superó las expectativas en 2022. 

La mayoría de los bancos centrales iniciaron el proceso de respuesta al comportamiento y expectativas inflacionarias con incrementos en sus Tasas de Política Monetaria (TPM), durante el segundo semestre de 2021, pero con un nivel base diferente; en el caso de México, la primera alza fue en junio de 2021 a un nivel de 4.25%, y para marzo de 2023 llegó a 11.25%. En el caso de Brasil, sus incrementos iniciaron en abril de 2021 a 2.75%, hasta llegar a 13.75% desde agosto de 2022.  Para Chile, su tasa se encuentra en 11.75% desde octubre de 2022, la cual se incrementó desde un nivel de 0.75% en julio de 2021. Perú muestra una tasa de 7.75%, la cual se ha mantenido en ese nivel desde enero 2023, e incrementó desde 0.50% de agosto de 2021. Colombia se encuentran con una tasa de 13.25% desde mayo de 2023, la cual se incrementó desde 2.0% en octubre 2021. No incluiré los casos de Argentina y Venezuela, debido a la volatilidad que tienen sus indicadores.

A pesar de que la expectativa para las tasas de interés es hacia la baja para el cierre de 2023, se debe continuar con el buen trabajo observado por parte de las autoridades monetarias, las cuales han logrado mantener ancladas las expectativas de inflación. Esto a pesar de los constantes choques e incertidumbre a la que han estado sujetas la mayoría de las economías. Esto cabe resaltarlo, debido a que este periodo es único en la historia, debido al número de choques, el corto periodo de tiempo en el que han sucedido, y el mundo globalizado que fue impactado por estos efectos. Adicionalmente, la respuesta fiscal para contrarrestar los efectos de la pandemia que tuvieron durante 2020 y 2021 fue diferenciada entre economías, efectos que continúan disipándose y definitivamente crearon condiciones diferenciadas ante efectos generales como los provocados por el conflicto entre Rusia y Ucrania; para el caso de Chile y Perú los apoyos fiscales se estiman en promedio de aproximadamente 13 puntos porcentuales de su PIB, mientras que en el caso de México, Brasil, Ecuador y Colombia la respuesta fiscal fue menor al 2.5% o  prácticamente nula.

Para el caso de México, la inflación al cierre de 2022 fue de 7.8%, mientras que los últimos datos a junio muestran una desaceleración alrededor del 5.06%, mientras que en Brasil la tasa de inflación al cierre de 2022 fue de 5.79%, mientras que a junio de 2023 se observa una caída a 3.16%. Para el caso de Chile, se observa una inflación al cierre de junio de 7.6%, lo cual contrasta con la observada al cierre de 2022 de 12.8%. Por otra parte, Perú cerró con una inflación de 8.46% en 2022, mientras que a abril muestran una caída a 6.46%. Para Colombia, el nivel de su inflación anual fue de 13.2% en diciembre de 2022, mientras que se observa una desaceleración a 12.1% para junio 2023.

En línea con la caída observada en los índices, para el segundo semestre del año se espera una caída en las tasas de interés de la región. No obstante, la magnitud y velocidad seguramente será diferenciada entre economías. Adicional a los riesgos externos, las principales economías de la región también se enfrentan a contextos políticos que se reflejan en riesgos internos particulares en cada economía, como es el caso de Chile con su proceso de cambio constitucional o la inestabilidad política que ha sufrido Perú en más de una década. En Colombia de igual manera se enfrentan a un contexto de incertidumbre ante los cambios en su política para seguridad pública, así como su reciente reforma tributaria. A pesar de que México y Brasil parece disminuir el riesgo político, también se han enfrentado a un contexto político y social volátil en los últimos años.  Adicionalmente, existen en la región procesos de consolidación fiscal que fueron pausados o interrumpidos por la pandemia. Por lo anterior, las autoridades monetarias continuaran enfrentándose a retos importantes y a pesar de que el mandato de los Bancos Centrales es claro y enfocado a la estabilidad monetaria, durante el cumplimiento de su objetivo, el seguimiento de la actividad económica y los riesgos internos y externos será crucial para continuar conteniendo los índices generales, y así poder regresar a niveles inflacionarios dentro de los mandatos o parámetros establecidos.

Es importante resaltar que Estados Unidos en su ultima decisión de política monetaria en julio de 2023 se decidió incrementar la tasa a un rango superior de 5.25%, lo cual contrasta con lo esperado en las principales economías de América Latina, debido a que incluso podría continuar incrementando a menos que la inflación subyacente muestre indicios claros de una desaceleración. Esto sumado a la baja esperada en las TPM en LATAM comenzará a cerrar los spreads que existen en las tasas de interés, lo cual se espera que tenga efectos sobre el terreno ganado por algunas monedas de la región durante el primer semestre del año.

Por: Álvaro Rodríguez, director de Finanzas Públicas Quirografarias y Deuda Soberana en HR Ratings

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