De acuerdo con el reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró una variación anual (a/a) de 6.24% en la primera quincena de abril. Con lo que, aunque la Inflación alcanzó el menor nivel desde la primera quincena de octubre de 2021, permanece por encima del rango objetivo fijado por el Banco de México, de 3.0% +/- 1 punto porcentual, por casi 26 meses.
Por su parte, la Inflación subyacente se desaceleró por quinta quincena consecutiva, periodo en el que pasó de 8.46% a 7.75% de la 2ª quincena de enero a la 1ª de abril. Con ello, se robustece la idea de que el indicador alcanzó un punto máximo en la primera mitad de noviembre, en 8.66%, y que hacia adelante continuarán los descensos graduales.
Si bien, tanto la Inflación general como la subyacente estuvieron por debajo de las proyecciones del consenso de analistas, no todas son buenas noticias. El descenso reportado se explicó principalmente una desaceleración de la Inflación de mercancías, pues la de servicios ha presentado una mayor persistencia en las últimas quincenas.

Los precios de las mercancías, que dependen en buena medida de las condiciones externas, aumentaron 9.73% a tasa anual, la segunda cifra de un dígito, lo que implica reducciones por siete quincenas al hilo, tras haber alcanzado un máximo de 11.50% en la primera mitad de noviembre. Este comportamiento se explica tanto por la desinflación de las mercancías no alimenticias, como de la de alimentos procesados.
Los precios de los genéricos que componen el rubro se han visto beneficiados por varios factores, asociados principalmente a la disolución de los choques de oferta provocados por la pandemia y por la invasión de Rusia a Ucrania. En primer lugar, China anunció el abandono de su estricta política de ‘COVID cero’ a finales del año pasado, lo que permitió que las presiones de las cadenas de suministro globales disminuyeran considerablemente en febrero y ya se encuentren por debajo del promedio histórico.
En segundo lugar, los costos de transporte de carga se han reducido hasta niveles de enero del año pasado, gracias a un descenso de los precios de los combustibles, recordando que la guerra en Ucrania estalló a finales de febrero de 2022, propiciando que los costos de las materias primas energéticas repuntaron con fuerza.
En tercer lugar, la apreciación del peso mexicano ha restado presiones en los precios de bienes importados. Y, finalmente, las alzas de los precios al productor de bienes intermedios de las actividades secundarias se han venido desacelerando desde julio pasado, hasta presentar una deflación de 5.9% en marzo.
Si bien, estos eventos, más una base de comparación cada vez más alta, apoyan la expectativa de que la Inflación subyacente seguirá una trayectoria a la baja hacia adelante, las presiones en el componente de los servicios implican un freno que está jugando en contra de una reducción más acelerada.
Los precios de los servicios, que depende totalmente de las condiciones internas, están presentando una elevada persistencia, que se define como la capacidad de la inflación para volver a su equilibrio de largo plazo después de sufrir un choque económico según Banco de México, debido a choques de segundo orden.
La Inflación anual de este componente fue de 5.42%, tras el 5.73% reportado en la segunda quincena de marzo, que es nivel más elevado desde la primera mitad de febrero de 2003. Este comportamiento se explica por presiones en los tres componentes que la integran. Los precios de los servicios de vivienda aumentaron 3.65% a/a, que es el mayor avance desde la primera mitad de abril del 2009; los de los servicios de educación se incrementaron 4.88%; y, los de ‘otros servicios’ subieron 7.02%, tras el 7.73% reportado en la quincena previa, alcanzando el punto más elevado desde la segunda quincena de octubre de 2001.
Dentro de la categoría de ‘otros servicios’, 27 de los 35 genéricos que la componen tuvieron una Inflación mayor al 4% en la segunda mitad de abril. Y, peor aún, la Inflación de 7 fue de doble dígito.

Ante lo anterior, no cabe duda de que la Junta de Gobierno de Banco de México mantendrá su política monetaria en terreno restrictivo por un tiempo prolongado, hasta que la Inflación se acerque más a su objetivo del 3.0% +/- un punto porcentual.