El debate en torno a la posible recesión en Estados Unidos se ha intensificado recientemente. La incertidumbre sobre la salud del sector bancario después de la quiebra de algunos bancos regionales como Silicon Valley Bank o Signature Bank, se suma a la lista de factores que van desde los efectos de la fuerte política monetaria restrictiva del Fed hasta algunos efectos secundarios que continúan experimentándose derivados de la pandemia, como la pérdida de productividad o el fuerte incremento en costos que enfrentan empresas y familias. Por si fuera poco, aunque se considera como un factor de corto plazo que debiera solucionarse como en ocasiones anteriores, EE.UU. está enfrentando un impasse en el frente geopolítico, en torno a las discusiones sobre la extensión del límite de endeudamiento que se requiere para evitar una situación de impago a partir de inicios de junio. Este artículo analiza algunos de los aspectos sobre el estado de la economía norteamericana.

Actualmente, la información de más alta frecuencia revela una economía que se mantiene resiliente, pero con nubarrones en el horizonte lo que implica, al menos, un aterrizaje suave hacia finales del año. El mercado laboral continúa fuerte. El último reporte del Bureau of Labor Statistics al mes de abril mostró una importante creación de 235 mil nuevas plazas, con lo cual en el año hemos tenido un incremento de 1.1 millones de puestos de trabajo. La tasa de desempleo bajó de 3.5% a 3.4%, con una contribución importante en el sector de servicios. De hecho, las cifras relacionadas al consumo privado –el cual contabiliza cerca de dos terceras partes del PIB– continúan aludiendo a una actividad económica sólida. Sin embargo, algunos indicadores adelantados, especialmente aquellos de manufactura, muestran ya una desaceleración que podría materializarse hacia finales del año cuando la economía absorba los efectos rezagados de la restricción monetaria del Fed, quien probablemente ya concluyó con su ciclo de incrementos de tasa de interés, pero mantendrá estos niveles elevados de tasa por mucho más tiempo (al menos todo este año).
La situación de la banca podría apuntalar la tesis de una mayor desaceleración hacia finales del año. Los riesgos asociados al sector probablemente ocasionarán una contracción en la oferta de crédito en los próximos meses, a pesar de que las autoridades han intentado a toda costa evitar un riesgo sistémico (lo cual han logrado de manera efectiva hasta ahora). En este sentido, la encuesta trimestral sobre el otorgamiento de créditos bancarios del Fed que se dio a conocer el pasado 8 de mayo, sugiere cambios en los estándares de otorgamiento de crédito y una gestión de riesgo más estricta debido a la posición de liquidez de la banca y las salidas de depósitos que se han observado en algunos casos. En situaciones como la del SVB o la del Signature Bank, una problemática de liquidez se tornó en una cuestión de solvencia. Esto debería implicar vientos en contra para la actividad económica hacia delante.
A pesar de ello, las estimaciones sobre el PIB se mantienen relativamente acotadas con un sesgo positivo. La encuesta de Bloomberg muestra una expectativa de crecimiento de todo 2023 de 1.1%, con pocos cambios en los últimos meses, inclusive con modesta mejoría a lo largo del año. Esto va de la mano con los resultados del sector corporativo en la actual temporada de reportes trimestrales. Al momento de la publicación de este artículo, se han dado a conocer poco más de 90% de los resultados del 1T23 de las 500 empresas que componen al índice accionario S&P500, con una tasa de sorpresas positivas del 77.4% y utilidades que han caído -3.9%, menos del -8.0% previsto por el consenso de analistas, explicado principalmente por los sectores de materiales, servicios públicos, salud, tecnologías de la información y comunicaciones, pero todavía con crecimientos de utilidades importantes en los sectores de consumo discrecional, industriales y materiales. Esto ha generado un ajuste para las expectativas de este índice accionario, con la estimación de caída en utilidades de 2.5% para este año, pero crecimiento de 11% en 2024. Esto sugiere que el mercado apuesta a un aterrizaje suave y a una economía que se desacelerará y podría experimentar una recesión moderada y de corta duración, que se asemeja a nuestra visión en Banorte.

Como conclusión, las condiciones actuales sugieren una moderación en la actividad económica en EE.UU. conforme nos adentremos en la segunda mitad del año, la cual se podría acentuar más entre el último trimestre de este año y el primero del próximo. Pareciera que el aterrizaje suave es inevitable, con la gran duda centrándose en los riesgos de una recesión más profunda. Hasta el momento el escenario base sigue siendo el de una recesión moderada, pero con muchos factores inciertos en el horizonte que implicarán una mayor volatilidad en los mercados financieros internacionales.
Por: Alejandro Padilla, Director General Adjunto de Análisis Económico y Financiero de Grupo Financiero Banorte
*Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor y no representan la opinión de Grupo Financiero Banorte, sus subsidiarias o filiales, ni de Bolsa Mexicana de Valores.
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