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Adaptación: la clave para que la industria aseguradora surfee la incertidumbre macroeconómica global

El 2023 será un año no solo retador para el sector asegurador, sino para toda la economía mexicana. Si bien el crecimiento económico alcanzó 4.3% en 2022, con el consumo privado creciendo un 6.4% interanual, la inversión aumentando 3.8% y las exportaciones 11.6%, los tipos de interés más altos, la inflación elevada, así como el contexto externo en desaceleración económica, son un desafío por superar para el conjunto de la economía mexicana.

El sector asegurador se enfrentará a mayores retos en 2023 para el desarrollo del negocio, pero también traerá oportunidades. El endurecimiento de la política monetaria con mayores tipos de interés seguirá impulsando el negocio de los seguros de Vida vinculados al ahorro, compensando, al menos parcialmente, el efecto negativo del deterioro económico sobre el negocio asegurador. Se estima que este año las inversiones en el sector asegurador puedan aumentar a medida que avance, las aseguradoras que sepan aprovechar la innovación y la transformación que sus clientes requieran, podrán sobrevolar de mejor forma las turbulencias económicas que posiblemente se avecinan. Estas generarán una diferenciación en sus productos y serán recompensadas por el mercado.

Por otro lado, un panorama macroeconómico y geopolítico incierto ha provocado que las aseguradoras tomen la resiliencia empresarial como una prioridad. El efecto negativo sobre los balances de las entidades aseguradoras por la subida de tipos en los bonos y por el desempeño de la renta variable, ha sido absorbido por los altos niveles de solvencia que presenta el sector asegurador, y está contribuyendo a mejorar el entorno para el negocio de los seguros de vida, ahorro y rentas vitalicias tradicionales con garantías de tipos de interés. También cambia el panorama en cuanto a un incremento de la rentabilidad futura de las carteras de inversiones, utilizada por el sector asegurador para complementar su resultado técnico, teniendo en cuenta la posición privilegiada de las entidades aseguradoras en cuanto a su elevada liquidez y su reducido nivel de apalancamiento por las características propias de su modelo de negocio.

De esta forma, la industria aseguradora, está muy bien posicionada para afrontar cualquier desequilibrio económico que se pudiera presentar y así poder seguir operando y brindando el mejor servicio a sus clientes.

El año 2023 dejará una gran oportunidad para la industria, “disminuir la brecha aseguradora”. Según un estudio elaborado por EY, la brecha global de aseguramiento en 2021 fue de 1.4 billones de dólares.

Por otro lado, un informe de MAPFRE Economics elaborado en 2022, nos muestra los diez mayores mercados del ranking de Vida según su potencial asegurador. Los cinco primeros países (China, Estados Unidos, India, Rusia e Indonesia) pertenecen al Tier-1 de los mercados aseguradores. Les siguen Alemania, Turquía, Japón, Brasil y México, que lideran la parte alta del Tier-2.

Esta información revela que aún existe mucho terreno para que la industria crezca en varias regiones, incluida México.

En conclusión, debido a los desequilibrios económicos globales y la lenta recuperación de las cadenas de suministros, la industria aseguradora a nivel global, y por tanto también en México, podría experimentar una desaceleración. Por el contrario, esta situación puede también traer oportunidades, ya que la brecha y la necesidad de aseguramiento es cada vez mayor. Las empresas hoy en día tienen un nivel de protección mucho menor del que necesitan frente a la intensificación de los riesgos, incluidos los climáticos y cibernéticos, lo que está incentivando a la industria a desarrollar productos innovadores que cubran las necesidades del cliente y logren democratizar cada vez más el aseguramiento global.

Por: Alfonso Pérez de Zabalza, CFO de MAPFRE México

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