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De cara a la segunda mitad del año, realizamos ajustes en nuestros pronósticos macroeconómicos

La primera mitad del 2022 ha estado marcada por un entorno de elevada incertidumbre que ha hecho sumamente difícil pronosticar el comportamiento de la actividad económica, las dinámicas de la inflación y el camino que tomarán los bancos centrales alrededor del mundo. De cara a la segunda mitad del año, algunos de los riesgos para la inflación y para el crecimiento que consideramos en nuestros escenarios publicados en junio, han comenzado a materializarse. A la prolongación del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania y a los continuos desequilibrios entre la oferta y la demanda, hay que sumar nuevas presiones que nublan las perspectivas del segundo semestre de 2022 y un mayor apretamiento de las condiciones monetarias y financieras.

Las disrupciones en las cadenas de suministro, que comenzaron con los periodos de confinamientos en un gran número de países en 2020, han sufrido mayores reveses como resultado de los cierres en China derivados de su política de cero tolerancia a contagios por COVID-19 en 2022. Adicionalmente, hay que considerar las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos (EUA) y China, derivado del mayor acercamiento de occidente con Taiwán, y la incertidumbre en torno al abastecimiento energético de la zona euro durante el segundo semestre de 2022.

Ante este panorama, hemos revisado a la baja la estimación de crecimiento del PIB de EUA de 2.47% a 1.69% en 2022 y de 2.30% a 1.26% para 2023, y al alza el pronóstico de inflación para EUA tanto en el corto como en el mediano y largo plazo. Para 2022, la estimación dic/dic prevé que la inflación de EUA cerrará el año con una variación de 7.86% anual (vs. 6.56% previo) y para diciembre de 2023 proyectamos una desaceleración a 5.06% anual, por arriba de nuestra estimación anterior de 4.15%. Para el pronóstico de inflación en el mediano plazo también estamos incorporando el costo de las medidas implementadas para hacer la transición hacia una economía verde, así como la diversificación de las cadenas de suministro para reducir la dependencia comercial de China en vista del recrudecimiento en las tensiones entre ambas naciones.

Del lado de la política monetaria de EUA, la Reserva Federal de EUA (Fed) recientemente subió el tono de su discurso al anunciar que la prioridad del Banco Central en estos momentos es luchar contra la inflación y que las tasas de interés mostrarán una tendencia al alza y se mantendrán ahí “durante algún tiempo”. La Fed inició su ciclo restrictivo en marzo de 2022, y al momento acumulan incrementos por 225pb, impulsado por la recuperación del mercado laboral y por las fuertes presiones inflacionarias observadas en los últimos meses, las cuales han sido mayores a las anticipadas en nuestros escenarios anteriores, superando también las expectativas del mercado. En línea con las mayores presiones inflacionarias y con el discurso hawkish de la Fed, revisamos al alza nuestras estimaciones para la tasa de interés de referencia a un rango de 3.50% a 3.75%, lo que refleja un incremento de 100pb respecto a nuestra revisión previa. Para el cierre de 2023 proyectamos que la tasa podría disminuir a un rango de 3.25% a 3.50%, una vez que la inflación comience a mostrar una clara tendencia a la baja.

Para México estamos considerando que la recuperación de la actividad económica continúe en 2022, aunque a un ritmo menor al observado durante el primer semestre. El escenario base de HR Ratings mantiene las estimaciones de crecimiento económico para 2022 en 1.75% luego de que el dato del 2T22 (+0.92% t/t) se encontrara en línea con nuestras proyecciones.

Para la segunda mitad del año prevemos que la demanda doméstica comenzará a desacelerarse respecto al repunte que vimos en los primeros seis meses de 2022, reflejando los efectos del incremento en la tasa de interés y las elevadas presiones inflacionarias. Un factor de incertidumbre adicional es por cuánto tiempo más las remesas seguirán impulsando parte del consumo doméstico bajo la percepción de que la economía de EUA comience a moderarse.

Para 2023 estamos revisando nuestra estimación de crecimiento a 1.43% desde el 2.10% de la revisión anterior, como consecuencia la desaceleración de las actividades terciarias y secundarias. Consideramos que estos dos sectores se verán perjudicados por los altos precios de los insumos para la producción y las mercancías y servicios de primera necesidad, lo que reducirá el poder de compra de empresas y hogares. Esto, a pesar de que contemplamos una reducción en la inflación anual en 2023 comparada con 2022, ya que aún se encontrará por encima de las previsiones anteriores, lo que se suma a la postura restrictiva en torno a la tasa de política monetaria. Adicionalmente, la menor demanda de productos por parte de EUA debido a la desaceleración de la actividad económica en ese país podría implicar afectaciones en los niveles de intercambio comercial, al ser el principal socio comercial de México.

Respecto a la dinámica de crecimiento en los precios, HR Ratings considera que la inflación se ubicará en 8.1% hacia el cierre de 2022, lo que incorpora los datos más recientes de la inflación en agosto. Al interior se observa que el componente subyacente de mercancías alimenticias continúa con una tendencia al alza, mientras que el subcomponente no subyacente relacionado con la energía podría reflejar un aumento en sus precios hacia el cierre del año, consecuencia del incremento en el precio del gas y la tendencia al alza en el precio internacional del petróleo crudo, lo que posiblemente obligaría al Gobierno a volver implementar mecanismos de contención de precios en las gasolinas (estímulos al IEPS) para reducir el impacto.

Para 2023 contemplamos que la inflación se ubique en 4.6% a/a desde el 4.26% de la estimación anterior. Los pronósticos de la inflación aún mantienen un sesgo al alza, especialmente presionadas por el componente subyacente. Debido a lo anterior, estimamos que la inflación regrese a ubicarse dentro del límite superior objetivo (3.0% +/- 1.0%) hasta 2025, situándose en 3.98% a/a y para luego converger a 3.90% en el largo plazo.

En línea con las mayores presiones inflacionarias revisamos nuestra estimación de tasa de política monetaria del Banco de México al alza y ahora contemplamos que la tasa de interés de referencia alcance un nivel de 9.75% al cierre de 2022 desde el 8.50% actual. Este escenario supone que la tasa se incremente en 125pb. Lo anterior estaría en línea con el supuesto de alzas que contemplamos para la Fed, lo que llevaría a su tasa de interés de referencia a ubicarse en un rango medio de 3.63% al cierre de 2022.

En 2023 proyectamos que la tasa de política monetaria en México se ubique en 9.25% y muestre descensos hasta colocarse en 7.25% en el largo plazo. Por parte del tipo de cambio, estamos contemplando que este registre una depreciación respecto al dólar, alcanzando P$20.70/US respecto al P$20.47/US en nuestra revisión anterior, lo que implica una depreciación de 0.35% en 2022.

Por: Mesa de análisis HR Ratings

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