Las conexiones financieras actuales entre los países del mundo, las apreciaciones y depreciaciones de las monedas cuando se comparan unas contra otras, así como las políticas monetarias aplicadas por todas las bancas centrales crean en ocasiones ambientes de incertidumbre para las sociedades internacionales, sin quedar de lado los gobiernos y las empresas. Por ello, las instituciones financieras se dan a la tarea de crear productos que mitiguen o transfieran los riesgos de los mercados internacionales a través de productos y servicios como los llamados “derivados financieros”.
De acuerdo con Alfonso de Lara Haro, maestro en finanzas por la Northwestern University y autor de libros sobre el tema, los derivados financieros son contratos cuyo precio depende del valor de un activo que se cotiza en el mercado de contado y que es comúnmente denominado como el “bien o activo subyacente de dicho contrato”.

Según John C. Hull, economista profesor de Derivatives y Risk Manangement en Rotman School of Management de la Universidad de Toronto, dentro de los derivados financieros podemos encontrar los mercados de futuros y opciones, durante los últimos años estos han cobrado una importancia creciente en el mundo de las finanzas y la inversión.
El primero se refiere a acuerdos para comprar o vender un activo en una fecha específica en el futuro a un precio determinado. En el caso del segundo, hay dos tipos acciones:
- De compra, acuerdos que otorgan al poseedor el derecho a adquirir un activo en una fecha específica a cierto precio.
- De venta, que otorga al tenedor el derecho a vender un activo en una fecha específica a cierto precio.
Uno de los grandes mitos de los productos derivados, es que sólo se pueden operar dentro de la Bolsa Mexicana de Valores; sin embargo, hay contratos derivados que se pueden manejar fuera u Over the Counter (OTC). De acuerdo con Hull, estos son extrabursátiles y no inscritos en la bolsa de valores; consisten en una red de agentes de bolsa que no se reúnen físicamente, sino que están vinculados por teléfono y computadora, destacan los Forwards y los Warrants (tipos de contratos derivados) que son operables en las áreas especializadas de la banca múltiple.
Uno de los contratos derivados (OTC) que puede ser más atractivo es el Warrant, ya que al pagar la prima correspondiente como usuario, se tiene el derecho, pero no la obligación de comprar o vender el activo subyacente (tasas de interés, tipos de cambio, precios de commodities, etcétera) en la fecha de vencimiento; en contraste, en el caso del Forward, el usuario tiene el derecho y la obligación de comprar o vender el activo subyacente en la fecha de vencimiento.
Para solventar sus operaciones diarias o fondear diferentes proyectos de inversión, las empresas recurren a incrementar su apalancamiento a través de la obtención de financiamientos provenientes de la Banca Múltiple nacional e internacional, por ello, la utilización de los derivados financieros se vuelve una realidad, otorgando a su tenedor una cobertura ante un incremento en la tasa de interés y/o tipos de cambio.
Esta situación se vuelve palpable en la actualidad, ya que de acuerdo a lo proyectado el pasado marzo por la Federal Reserve (FED), el incremento de tasas de interés se proyecta hasta finales del 2024, escenario en donde los derivados financieros, pueden tener una mayor participación no sólo en los mercados nacionales, sino también en los internacionales, contrarrestando el incremento en las tasas de interés y/o tipos de cambio del apalancamiento financiero de gobiernos y empresas.
Gráfica de puntos (Dot Plot) emitida por la FED en marzo de 2022:

Poer: Mtro. Rubén Martín Navarro García, profesor de la Escuela Bancaria y Comercial Campus Guadalajara, maestro en Ingeniería Financiera y doctorante en Economía. Director de Finanzas en OPSA.