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Crecimiento de México y los retos por delante

Los últimos datos publicados por la SHCP en torno a la situación Económica, las Finanzas Públicas y la deuda pública al segundo trimestre del año en general son buenas, tener tres trimestres con crecimiento en la economía nacional a pesar del entorno económico no debería minimizarse, sin embargo, los retos subsisten y éstos todavía parecería que tienen un sesgo hacia el alza.

De los datos que más llaman la atención, esta el crecimiento del PIB de 1.9% anual versus el mismo semestre de 2021, el aumento de los ingresos tributarios de casi un 5% apoyado principalmente por ingresos petroleros y tributarios, particularmente el ISR, el cual presentó un crecimiento de 16% real anual. Por último, el nivel de endeudamiento medido de la manera más amplia como el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP) va acorde a las estimaciones de cierre de año quedando a junio en un equivalente de 45.7% del PIB. Lo anterior en general, da una imagen de buenos resultados hasta este punto del año.

Destacaría además algo que no se venía haciendo anteriormente y se refiere a la emisión de un Bono de Desarrollo del Gobierno Federal alineado a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU denominado BONDES G. La colocación fue por un monto de 14 mil 520 mdp a dos años y otro por 5 mil 480 mdp a 6 años. Con esta emisión, México continúa siendo referencia en América Latina hacia este tipo de financiamiento sostenible. De hecho, recientemente emitimos la evaluación ESG de México[1] en HR ESG 3- en la cual se presenta el resultado de nuestro análisis de la exposición de riesgos ambientales, sociales y de gobernanza del soberano.

¿Cuáles serían los principales riesgos que vemos en la economía nacional en el corto plazo? En general los podríamos resumir en dos: el ambiente inflacionario en el cual actualmente nos encontramos y el efecto de una latente recesión de nuestro principal socio comercial, enmarcado en una consulta en torno a la política energética mexicana prevista dentro del T-MEC.

La inflación ha probado ser un problema persistente y un fenómeno global, derivado de factores endógenos y exógenos que pareciera seguirán presentándose en lo que resta de este 2022. Si bien es cierto que la inflación en México muestra un nivel hasta ligeramente inferior que otras economías de América Latina, seguirá siendo una de las principales problemáticas por resolver.

En nuestros últimos escenarios todavía estamos estimando que al cierre del año la inflación alcance el 6.68%, sin embargo, esta expectativa será revisada en breve y ciertamente tiene un sesgo al alza. La reciente decisión por parte de la FED de elevar su tasa de referencia hace pensar que en línea con lo anterior estaremos observando un incremento también por parte de Banxico el próximo 11 de agosto, quedando en un nivel de 8.5%. La parte complicada será cuántos incrementos más se darán antes de que acabe el año y cómo esto terminará afectando el ciclo económico en su conjunto, hasta qué punto esta medida de política monetaria coexistirá en el resultado final del crecimiento económico nacional. Hasta ahora pareciera que esta amarga medicina es todavía la única medida real para el control inflacionario y evitar todavía más la pérdida adquisitiva de la moneda.

Si bien podríamos estar ya hablando de una recesión técnica, hay otros factores que habría que tener en consideración como la profundidad, difusión y duración del fenómeno, y otros elementos como, por ejemplo, los indicadores de empleo, producción industrial y nivel de ventas al mayoreo y menudeo. Lo que sí es un hecho es que, hilar dos trimestres de reducciones en el PIB, preocupa de una manera muy importante porque acerca las probabilidades de una recesión más con el contexto inflacionario en el que también se encuentran.

Una posibilidad que cobra fuerza es que si se mantienen las tendencias observadas en los indicadores económicos de nuestro vecino del norte, podríamos estar hablando ahora sí de una recesión muy probablemente en el último trimestre del año, extendiéndose durante buena parte del 2023, que además se empareja con las elecciones intermedias de noviembre, lo cual pareciera un incentivo importante para medidas de estímulos fiscales por parte de la administración del Presidente Biden que restarían eficacia a la política restrictiva de la FED.

¿Cuánto puede costar para la economía mexicana una recesión en EUA? El efecto final es todavía incierto, pero indudablemente importante. Tenemos entidades que reciben importantes recursos de la Inversión Extranjera Directa (IED) proveniente exclusivamente de EUA, por ejemplo la Ciudad de México (HR AAA), la cual recibe aproximadamente el 22% en promedio, seguido de Nuevo León (HR A+) y el Estado de México (HR AA+) con casi un 10% cada uno, de ahí los estados con una presencia manufacturera importante como Chihuahua (HR BBB+), Baja California (HR BBB), Jalisco (HR AA), Coahuila (HR A-) y Tamaulipas (HR A) que acumulan entre ellos 30.5% en promedio, los cuales todos ellos serían las primeras entidades en resentir los efectos de una desaceleración de la economía americana.

Una recesión en Estados Unidos y un ambiente inflacionario que parecería tardará en ceder más de lo que se pensaba, anticipa un cierre de año y particularmente un 2023 extremadamente complicado para la economía mexicana. Hasta ahora, nuestras estimaciones oficiales mantienen un crecimiento real del PIB para este año de 1.75%, estimábamos que para 2023 alcanzara un crecimiento de 2.10% que es justo aquí donde creemos que la próxima revisión veremos un ajuste más importante, derivado del contexto aquí planteado y dependiendo de la evolución tanto de los indicadores de la economía mexicana como de los EUA.


[1] https://www.hrratings.com/pdf/ESG_Mexico_Reporte_Inicial_2022.pdf

Por: Ricardo Gallegos

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