La economía de México ha continuado con la recuperación post pandemia durante el primer trimestre del año (1T22), aunque a un ritmo más modesto del que habíamos anticipado. Esto nos llevó a realizar una revisión a la baja de las estimaciones de crecimiento económico para 2022 frente al escenario anterior. HR Ratings ahora anticipa el crecimiento del PIB para 2022 en 1.75% real anual vs. 2.20% proyectado en marzo. Para 2023, mantenemos nuestra expectativa en 2.10% real anual.
Entre los principales factores que nos llevaron a revisar nuestro escenario destacan los retos derivados del conflicto bélico en Europa del Este, una política monetaria más restrictiva para hacer frente a las persistentes presiones inflacionarias (que consideramos podría incidir negativamente en el crecimiento) y el riesgo asociado a nuevos brotes de COVID-19, no sólo en México, sino también en el resto del mundo. Adicionalmente, entre marzo y mayo, se registró un fuerte aumento en el número de contagios por COVID-19 en China, lo que está complicando el funcionamiento de las cadenas de suministro, especialmente por su política de tolerancia cero, que ha provocado cierres en algunas de las principales ciudades del país asiático como Beijing y Shanghái; esta última destaca por ser uno de los puertos logísticos más grandes a nivel global. Esta situación ha exacerbado las presiones observadas en las cadenas de suministros consecuencia de los choques de oferta y demanda, provocando afectaciones en el dinamismo del sector industrial, dada la escasez de insumos observada desde el segundo semestre de 2021. Con base en lo anterior, estamos considerando que los desbalances entre la oferta y la demanda podrían prolongarse hasta finales de 2022.
En el caso de México, resulta incierto en qué medida la guerra entre Ucrania y Rusia, y los cierres en China puedan agravar la escasez de insumos para la producción nacional, especialmente en el sector industrial; sin embargo, considerando estos dos factores, anticipamos que el panorama de la actividad económica estará sujeto a mayores deterioros a lo largo del año. Adicionalmente, Estados Unidos registró una desaceleración en su ritmo de actividad industrial en abril, impactando de manera importante en las exportaciones manufactureras de México hacia ese país.
Es importante notar que el impulso recibido durante 2021 proveniente del exterior podría comenzar a desacelerarse en vista de que se prevén menores estimaciones de crecimiento a nivel global, particularmente en Estados Unidos, nuestro principal socio comercial. Durante el 1T22, el comercio exterior registró una desaceleración respecto al trimestre anterior (5.2% t/t vs. 6.0% t/t), mientras que las importaciones crecieron a un mayor ritmo (6.9% t/t vs. 2.5% t/t), lo que implicó un incremento en el déficit comercial. Con datos al mes de abril, el déficit de la balanza comercial se ubicó como el mayor desde el impacto de la pandemia en el segundo trimestre de 2020. Al interior de las exportaciones no petroleras, se puede notar que las manufactureras también mostraron una desaceleración, lo que relacionamos con el nivel de actividad de la actividad industrial que se vio afectado en el mes de marzo, especialmente el de transporte. Del lado de las importaciones de bienes intermedios no petroleros, estas crecieron de manera notable durante el trimestre, destacando los bienes de consumo e intermedios.

Para el sector terciario, el cual representa más de dos terceras partes de la actividad económica de México, estimamos que registrará un desempeño positivo durante el 2T22, dada la conclusión de las medidas de restricciones más severas y al cambio de lineamientos implementados por la Secretaría de Salud en torno a la nueva normalidad, establecido durante la primera quincena del mes de mayo. Con base en lo anterior, estamos considerando mejoras en la mayoría de los subsectores que conforman las actividades terciarias, entre lo que destacan las actividades de alojamiento, preparación de alimentos y turismo, que desde el 4T21 han mostrado una tendencia creciente. En el mismo sentido, los servicios de transporte acumulan avances desde septiembre de 2021, lo que deja entrever la mayor necesidad de movilidad de las personas ante el retorno de las actividades presenciales. Asimismo, contemplamos que las actividades culturales y recreativas y los servicios inmobiliarios y financieros recobren mayor dinamismo.
A pesar de la mejora en los sectores mencionados, aún consideramos que subsectores como el comercio mostrarán afectaciones, resultado de las presiones inflacionarias de algunos productos. Como consecuencia, se podría observar una recomposición en el gasto de los hogares afectando el dinamismo del comercio al por menor, mientras que las industrias podrían ver afectada su capacidad de operación y con ello una reducción de insumos en grandes volúmenes.
Respecto a la inflación, estamos considerando que en su variación anual (a/a) se ubique en 6.68% a/a al cierre de 2022, lo cual refleja el complejo contexto actual sobre las mayores presiones en algunos productos respecto a nuestro escenario anterior de 5.00% a/a. El deterioro se debe al conflicto bélico, así como a la continua escasez de componentes, los cuellos de botella que podrían agravarse por el cierre de algunos puertos en China y el incremento en los precios de los energéticos. Adicionalmente, se suman las presiones de la recuperación económica, la mayor demanda por mercancías (alimenticias y no alimenticias) y por servicios. En 2023 estimamos que la inflación se ubicará en 4.26% a/a desde el 3.97% a/a proyectado en la revisión anterior. No obstante, es importante mencionar que nuestros pronósticos para la inflación de 2022 y 2023 mantienen un sesgo al alza, presionada por el componente subyacente.

Como resultado de lo anterior, también incluimos una revisión sobre la política monetaria del Banco de México. En las últimas dos decisiones la junta de gobierno del Banco optó por aumentar la tasa en 50 puntos base (pb) en cada ocasión, alcanzando un nivel de 7.0% en mayo. En las minutas del 26 de mayo, se mencionó que los riesgos para la inflación se mantienen al alza, especialmente por las presiones en los precios de los agropecuarios y energéticos, por lo que se debe actuar de manera contundente para alcanzar el objetivo. Es por ello que, estamos contemplando incrementos adicionales en la tasa de política monetaria, de 175pb, lo que estaría reflejando un ritmo similar de ajuste a los movimientos de la Fed. Con lo anterior se alcanzaría un nivel de 8.75% al cierre de 2022 desde el 7.50% en la revisión anterior, lo que implicaría su mayor nivel histórico.
Para nuestro escenario de política monetaria reconocemos que existe el riesgo de que la tasa termine en un nivel por encima del 8.75%. Entre los principales factores destacan un mayor incremento por parte de Banxico en la tasa de interés de referencia en 75pb en su siguiente reunión del 23 de junio, lo que supondría despegarse del ritmo de alzas de la Fed, lo cual anticipamos menos probable a un alza de 50pb. En segundo lugar, existe el riesgo de que la Fed opte por un tercer incremento de 50pb, entre septiembre y diciembre y alcance el 3.0% en el límite superior del rango de política monetaria hacia el cierre del año. Para 2023 consideramos que la tasa de política monetaria se ubique en 9.25% con el objetivo de que la inflación converja por debajo del límite superior objetivo hacia 2024.
Finalmente, en los últimos meses el tipo de cambio peso-dólar ha mostrado fortaleza. Nuestros escenarios contemplan que este cierre en P$20.47/US desde los P$21.24/US estimado en la revisión anterior, lo que reflejaría una apreciación real anual de 0.65%, implicando un balance positivo para las principales métricas de las finanzas públicas.
Por: Departamento de análisis de HR Ratings
*Este análisis no representa una recomendación de inversión.