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Entre crisis

Gabriela Siller Pagaza, directora de análisis económico de Grupo Financiero Base, comparte su experiencia con Hablemos de Bolsa sobre cómo es que estudió la carrera de economía casi por accidente y ese camino plagado de retos, la llevaron a levantarse de las crisis, “la elección de carrera estuvo marcada por el hecho de ser el estudio de la economía un reto”.

La éxitosa especialista recuerda que los primeros semestres fueron muy pesados, “no me gustaban todas las materias. De cualquier manera, seguí, pues había que terminar lo que empecé. Me preparaba antes de mis clases. Trataba de leer todo, porque no entendía nada”.

Fue hasta el tercer semestre que empezó a sentir que el rompecabezas de las materias tomaba forma “Me cayó el veinte de los conceptos y en ese semestre la economía se volvió apasionante para mí”.

Casi como si fuera ayer, recuerda que la realidad que se vivía en ese momento aportó mucho a comprender la economía, pues fue la época del llamado error de diciembre, una de las peores crisis económicas que México ha vivido en su historia.

En la recta final de sus estudios universitarios, llevó una clase de finanzas corporativas con un maestro que trabajaba en una Casa de Bolsa y que platicaba cosas “interesantísimas sobre su día a día, pues dirigía el departamento de análisis económico”. Siller recuerda que a varios de sus compañeros les dio la oportunidad de hacer prácticas profesionales y fue ahí que aprendió mucho.

“Era 1997, año de la crisis de los Tigres Asiáticos y yo era la encargada de analizar lo que pasaba en Indonesia y de analizar los flujos de inversión extranjera directa que llegan a México. Era un trabajo soñado. Me encantaba lo que hacía”.

Este mismo maestro le dio la oportunidad de hacer prácticas profesionales, en el Tec, pues estaba en búsqueda de un asistente de docencia. “El sueldo era moderado y pagaban la maestría, por lo que inmediatamente pedí informes y llené mi aplicación. Así fue que pude estudiar la maestría en finanzas. También en esa época me casé y tuve a mi primera hija”.

Tras terminar la maestría, la especialista entró a trabajar al Centro de Estudios Estratégicos del Tec de Monterrey. Tiempo después estaría aplicando al doctorado en Administración, con la especialidad en Finanzas. 

Siller recuerda esta época como parte de un reto más, pues no estaba acostumbrada a hacer ciencia, solo a aplicarla.  “Batallé al inicio y sentía que hacía malabares entre mi vida familiar y el estudio del doctorado. Esto porque, durante el doctorado nació mi segunda hija”.

“A mitad del doctorado presenté el examen que se realiza a la mitad y por una falta de comunicación de los temas, reprobé. Un gran fracaso que me dolió, pero que me obligó a estudiar más allá de lo que se requería para el examen, pues no podía arriesgarme. Tenía que prepararme para cualquier pregunta que pudieran hacerme en el examen”.

En esa época, recuerda, fue un tiempo incertidumbre, pues “tenía beca de manutención del Conacyt, que se condonaba al terminar el doctorado, pero si me salía sin graduarme debía pagar cada centavo. No era opción desistir y confieso que, aunque me pasó por la mente dejar el doctorado, dado el nivel de estrés, no me salí porque no tenía dinero para el reembolso que requería Conacyt”.  Con alivió aún recuerda que presentó el examen del doctorado y aprobó, pero aún había que pensar en la disertación doctoral.

Para la disertación elegí como tema a las opciones reales. Un tipo de derivado que se utiliza para incentivar casos reales, por ejemplo, a nivel gerencial o deportivo.  

 “En el Tec se estila que un profesor externo es quien dirige la tesis. El director del doctorado me sugirió hacer una lista de los especialistas en el tema. La idea era enviar la invitación y esperar a que alguno aceptara. Tuve la fortuna de que el segundo mejor en el mundo, el Dr. Nalin Kulatilaka, profesor de Boston University, aceptara la invitación a ser mi asesor de disertación doctoral. El Dr. Kulatilaba, junto con el Dr. Fonseca y el Dr. Otálora fueron mis asesores de tesis”. Al poco tiempo le ofrecieron dar clases en el Tec de Monterrey.

Uno de los bancos que me llamó fue BASE. Todavía recuerdo la llamada y la persona que me contactó. Después de dar el curso en BASE me ofrecieron abrir el área de análisis económico. Les propuse trabajar a distancia, pues mi prioridad era y sigue siendo mi familia. Actualmente el trabajo a distancia es común por la pandemia, pero hace 14 años era una locura”.

“Trabajaba desde mi casa. Eso fue en febrero 2008, año de la crisis financiera de Estados Unidos. Sin darme cuenta unos meses más tarde estaba dando entrevistas a medios. Por cierto, uno se imagina que las personas toman las entrevistas desde una elegante oficina, pero como yo trabaja desde mi casa, las entrevistas las tomaba encerrada en la camioneta para que no se escucharan los gritos de niñas o los ladridos del perro. En esa época nació mi tercera hija”.

Han pasado los años y las cosas no han cambiado para la especialista con una trayectoria de casi tres lustros en el sector financiero, “la economía sigue siendo mi pasión y mi familia mi prioridad. Además, sigo leyendo todo, porque a veces siento que no entiendo nada”, menciona con risas

Por: Gabriela Siller, directora de Análisis Económico en Grupo Financiero BASE.

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