Iniciamos nuestras aportaciones para Hablemos de Bolsa con un artículo dirigido a emprendedores, empresarios e inversionistas en Bolsa no profesionales, en la que intentaremos despejar dudas sobre uno de los procesos más importantes en el mundo de los negocios actuales: Levantar capital.
Las circunstancias y apoyos que el emprendedor o empresario pueden tener dependen, obviamente, de la etapa en que está su empresa y el tipo de inversión, es muy diferente la toma de decisiones de inversión (y la información disponible) para levantar capital semilla (para emprendimientos nuevos o aún en etapa de planeación), capital privado (para empresas establecidas) o capitales públicos (IPOs u ofertas públicas en los mercados de valores).
Comenzaremos entonces enfocándonos en la etapa más temprana, evaluando una de las tendencias más controvertidas en los últimos años dentro del mundo del emprendimiento ¿debe el emprendedor apoyarse con expertos externos para el proceso de levantamiento de capital? Existen dos principales motivos por los que no es tan común, hoy en día, que los emprendedores se apoyen externamente para el levantamiento de capital.
El primero es que existen fondos de capital de riesgo (Venture Capital) en donde, si el emprendedor está siendo ayudado por un consultor externo o una banca de inversión para levantar capital, el fondo, simplemente por este motivo, decide no invertir en el startup. El razonamiento detrás de esto es que, para muchos inversionistas, si el emprendedor no puede vender su empresa a inversionistas, no la va a poder vender a sus clientes, empleados y potenciales socios.
El segundo es que durante los últimos 20 años la industria de los startups y la de la banca de inversión han sido vistas como universos opuestos. En la industria de los startups características como la innovación, la flexibilidad, la adaptación y la incertidumbre, son las que más sobresalen, bastante distintas a las características en las que pensamos al hablar de banca de inversión, como lo son rigurosidad, estructura, tradicionalismo y apego a prácticas de mercado. Esto provoca que los emprendedores no se quieran relacionar con empresas que, en papel, suenan tan distintas en filosofía y origen a ellos.
Sin embargo, tanto los fondos de Venture Capital que no invierten en startups que reciben apoyo para levantar capital, como los emprendedores que se mantienen reacios a apoyarse en expertos, se basan en mitos y prejuicios de la industria.
Uno de los mitos más grandes en la industria del capital de riesgo es que un emprendedor exitoso debe ser capaz de hacer todo por sí mismo, incluyendo levantar capital. Sin embargo, la realidad es que un emprendedor aumenta sus probabilidades de ser exitoso al ser alguien que se conoce a sí mismo y es capaz de reconocer tanto sus fortalezas como sus debilidades, y de actuar acorde con ellas. Es decir, es más valioso un emprendedor que construye un equipo que lo ayude a fortalecer sus debilidades y reforzar sus fortalezas, que un emprendedor que toma todo el peso de la operación y financiamiento sobre sus hombros.

Otro de los mitos en la industria es que un startup no requiere de estructuras y procesos. Esto es absolutamente falso: si un startup quiere aumentar sus probabilidades de éxito, debe desde un inicio tener procesos y estructuras claras y bien establecidas. Esto no solo aplica para la operación y control interno, sino también para temas externos como los fiscales, obviamente, el levantamiento de capital.
El que un emprendedor se apoye con una banca de inversión o un consultor externo para el levantamiento de capital debe ser una gran señal de tranquilidad para un inversionista. No sólo porque refleja que el emprendedor conoce bien sus debilidades y sus fortalezas, sino porque también le garantiza al inversionista que la relación con el emprendedor, antes y después de invertir en la empresa, será profesional, que los modelos operativos y financieros en los que se fundamenta cualquier decisión de inversión reflejan de la mejor manera la situación y expectativas financieras de la empresa y su mercado, que los temas legales y regulatorios han sido explorados adecuadamente, además que siempre es importante comunicarse con el lenguaje adecuado para el receptor de la información (“talk the talk”, como dirían en Wall Street).

Existen muchas formas de apoyo para los emprendedores en el proceso de levantamiento de capital. Algunas de las más comunes son las siguientes:
Definición o refinamiento del modelo de negocio – Muchas veces escuchamos grandes ideas, pero no escuchamos cómo es que esas grandes ideas pueden llegar a monetizarse. El tener un modelo de negocio escalable es fundamental para atraer inversionistas. Las bancas de inversión o consultores externos trabajan durante meses con los emprendedores para entender su visión, el valor agregado que ofrecen, y asimismo, los ayudan a definir o refinar su modelo de negocio para hacer que el negocio sea más rentable a futuro.
Story Telling – Hay emprendedores que son naturalmente buenos para transmitir sus ideas y el valor de sus proyectos, pero para muchos es difícil articular estratégicamente la razón para comprar (o vender) un cierto activo. Las bancas de inversión o consultores externos ayudan a los emprendedores a contar la historia de su startup. Esto va desde la elaboración del pitch deck hasta perfeccionar el mismo pitch, finalizando en la construcción de una narrativa atractiva y sólida para la comercialización del negocio o empresa. El contar bien tu historia es, muchas veces, la diferencia entre el sí y el no cuando estás levantando capital.
Modelo Financiero y Valuaciones – Las bancas de inversión tienen vasta experiencia construyendo modelos financieros y elaborando valuaciones que tengan sentido, especialmente para otro profesional de las inversiones. Esto le da tranquilidad tanto al emprendedor como al inversionista. Al emprendedor lo ayuda para validar que los fondos de Venture Capital u otros inversionistas potenciales no se aprovechen de ellos. Y a los inversionistas les ayuda el tener un modelo financiero sólido y representativo desde un inicio, lo que usualmente ayuda a acelerar el proceso de su toma de decisiones de inversión.
Data Room – Una vez que un inversionista se interesa en invertir en un startup, el siguiente paso es realizar el due diligence, que es el proceso sistemático de revisión de la información proporcionada por la empresa y sus asesores, es decir, con el due diligence el inversionista se asegura de que lo que están diciendo los emprendedores es verdad. Las bancas de inversión o consultores externos saben cuáles son los materiales requeridos por los inversionistas para realizar su proceso de due diligence. De esta manera, ayudan al emprendedor a construir un data room, un mecanismo (muchas veces virtual) que contiene todos los documentos necesarios para realizar el proceso de due diligence. Esto no sólo facilita y acelera el proceso de inversión, sino que ayuda a los inversionistas a tener mayor seguridad con respecto a su potencial inversión.
Negociación – Después de realizar el due diligence, los inversionistas deciden si invertirán o no en el startup. Si deciden sí invertir, lo que sigue en el proceso es la negociación. Tanto las bancas de inversión como consultores externos han realizado muchas más negociaciones de este tipo que la mayoría de los emprendedores, por lo que la experiencia en negociaciones de este tipo definitivamente puede resultar en una inversión con términos mucho más favorables para el emprendedor y más justos para el inversionista.
Autores:
Daniel Grinberg es Director de Startups y Capital de Riesgo en R2 Responsible Research. Daniel cuenta con siete años de experiencia en el ecosistema emprendedor, habiendo lanzado dos startups en los sectores de salud y fintech, así como trabajado en fondos de VC (Interplay Ventures) y aceleradoras de startups (Techstars y Quake Capital Partners) en Nueva York. Daniel tiene un MBA de NYU Stern con especialización en Marketing, Strategy, and Finance, y es Licenciado (BBA) por Bentley University.
Luis Vallarino, CFA es Socio Director de R2 Responsible Research. Luis cuenta con más de veinte años de experiencia en mercados de valores en América Latina y NY. Antes de fundar R², Luis fue director ejecutivo de Análisis y Estrategia de Inversiones en Interacciones, después de pasar casi dos décadas en diversas funciones relacionadas con Research y clientes institucionales en Citi, con bases en México, Nueva York y Sao Paulo. Por su trayectoria, ha sido orador en múltiples foros locales y globales. Fue rankeado en las encuestas de Institutional Investor (LatAm y Brasil) en 2002 y de 2009 a 2012. Luis es Licenciado en Administración por el ITAM, MBA por NYU Stern y CFA Charterholder desde 2002.