La alta inflación es un problema para el crecimiento económico sostenido del país porque limita el poder de compra de empresas y familias. Desde marzo hasta junio (2021), el incremento de precios superó los objetivos de la banca central de 3.0%, +/- 1 punto la tasa de equilibrio de 4.0 a 4.25%, para frenar un poco el alza de precios.
Si bien su acción es correcta de acuerdo con su mandato, de controlar la inflación, la gran interrogante sigue siendo si el aumento de precios será temporal o permanente y si volverá a subir la tasa objetivo este año y cuántas veces más lo podrá hacer.

Los bancos centrales, principalmente Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y Janet Yellen, secretaria del Tesoro de Estados Unidos, han hecho énfasis en que la alta inflación es temporal; sin embargo, ciertos productos han subido considerablemente este año, como el precio del petróleo y el precio de los alimentos, pero además podrían seguir subiendo este y el siguiente año.
El precio del petróleo (crudo tipo Brent, WTI y mezcla mexicana) ha subido en 12 meses alrededor de 90% y en seis meses cerca de 50% ante la expectativa de que aumente la demanda de combustibles en la industria y de gasolina en el transporte debido a la reactivación de la economía, a la par de una reducción de los inventarios, lo cual, seguirá teniendo impacto directo sobre el precio de muchos bienes en el mediano y largo plazo.
El precio mundial de los alimentos subió en mayo a su nivel más alto desde septiembre de 2011 y se ubicó en 7.6 % por debajo de su máximo histórico, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). El informe mensual de la FAO mostró un aumento de 6.0% en el precio de los cereales, destacando el alza del precio del maíz de 90 por ciento.
El precio futuro del maíz operado en la Bolsa de Chicago, de referencia internacional, subió 48% en el primer semestre del año, resultado de la firme demanda de China, los bajos inventarios del grano en Estados Unidos y las presiones del clima caluroso sobre el desarrollo de los cultivos al inicio de la siembra del actual ciclo comercial, son factores que se suman al costo por fletes y eleva el precio de los cárnicos y del maíz procesado por la industria. Además, hay que considerar el alza sobre el precio de los servicios que estuvieron reprimidos por la pandemia.
Hasta aquí puedo concluir que la alta inflación no es transitoria y por tanto podremos observar otro incremento en la tasa objetivo del Banco de México antes de que finalice el año, en caso de que se observe que el ajuste de finales de junio, de 25 puntos base, tuvo solo un moderado efecto sobre la inflación.
La economía y la inflación
El desconocer en qué momento subirán o no las tasas de interés genera incertidumbre entre los inversionistas del mercado financiero, lo cual implica mayor volatilidad y con ella niveles más altos de la tasa de cambio que conduce a una salida de capitales y la revisión de la nota soberana.
Con el ajuste de 25 puntos base a finales de junio por parte del Banco de México, la paridad cambiaria peso-dólar mejoró sustancialmente hacia niveles de 19.9470 unidades; muy similar al cierre de 2020 de 19.9450 unidades. No obstante, no puedo asegurar que el tipo de cambio se mantendrá en dicho nivel, considerando su natural volatilidad, en cambio, considero más probable que supere los 20.50 hacia el cierre del año.
El hecho de que la banca central suba la tasa de interés de referencia implica que el costo financiero aumente. Las tasas de interés de Cetes a 28, 91, 182 y 364 días subieron entre 27 y 48 puntos base en la última subasta de junio, mientras el rendimiento del Bono M10 subió 14 puntos base a 7.16%, esto es 175 puntos base superior al cierre de 2020.
El punto es que en el proceso de recuperación económica lo que menos queremos es tener tasas de interés altas que limiten el financiamiento de las empresas, los generadores del empleo, y aumente el costo de la deuda gubernamental, de tal manera que si la inflación es alta y se busca contenerla, es posible que no se alcancen las previsiones de crecimiento (6.5% -Secretaria de Hacienda y 6.0% -Banco de México) este año. Por lo que mi estimación para el crecimiento del PIB es de 5% en 2021.

Por: Irasema Andrés Analista económico
Contacto: irasemaandres@yahoo.com.mx