La rápida propagación del COVID-19 alrededor del mundo y las medidas sanitarias adoptadas para procurar evitar la propagación de la enfermedad han afectado severamente la actividad económica y las perspectivas de crecimiento de la economía mundial para este año. Los fuertes choques de oferta y de demanda que ha sufrido la actividad productiva generarán una fuerte contracción en 2020. Al respecto, recientemente el Fondo Monetario Internacional (FMI) presentó la actualización de su reporte de Perspectivas Económicas Mundiales, en el que evalúa las condiciones económicas de corto y mediano plazo, y anticipa una caída del PIB a nivel mundial de 3.0% en 2020. En tanto, para 2021, el FMI pronostica que la economía mundial presentará una acelerada recuperación, con lo que ésta crecería 5.8%, partiendo de un escenario base en el cual el brote epidemiológico se disiparía hacía el segundo semestre de 2020 y en el que las medidas de contención se levantarían gradualmente.
El FMI destaca que, por primera vez desde la Gran Depresión, tanto las economías avanzadas como las de países emergentes y en desarrollo entrarían en recesión. De manera particular, la institución estima que el PIB del conjunto de países desarrollados registre una caída de -6.1%. Al interior de este grupo, destaca Estados Unidos, cuya estimación de crecimiento para 2020 se sitúa en -5.9%, seguido de una expansión de 4.7% para 2021. En tanto, para el bloque de economías emergentes y en desarrollo, se proyecta una contracción de -1.0%. Para el caso de México, se espera una caída del PIB de -6.6%, mientras que para 2021 se prevé una moderada recuperación, con un crecimiento estimado de 3.0%.
El panorama anterior ha reducido significativamente la demanda de algunas materias primas como el petróleo, propiciando la caída estrepitosa de sus precios y generando volatilidad en otros mercados. Al respecto, el pasado 12 de abril, 23 países de la OPEP+ anunciaron que alcanzaron un acuerdo para reducir sus niveles de producción de crudo, el cual puso fin a la guerra de precios establecida entre Arabia Saudita y Rusia que propició que las cotizaciones internacionales del petróleo alcanzaran mínimos no vistos en los últimos 20 años. Aunque el acuerdo reduce drásticamente el riesgo de que se colapse el mercado petrolero, éste no llegará a compensar el choque negativo provocado por la pandemia del coronavirus que ha reducido la demanda mundial en un tercio, lo que podría generar la necesidad de hacer cortes adicionales.
Bajo este contexto, diversos países han anunciado estímulos económicos extraordinarios, algunos de orden fiscal, otros monetarios y otros ambos, con el fin de tratar de minimizar la caída de la economía y generar una recuperación acelerada. Por ello, el nivel de liquidez mundial será extremadamente alto y perdurará por varios años. En el caso de EE.UU., con los estímulos monetarios extraordinarios anunciados, la hoja de balance se incrementó prácticamente en línea vertical. Por otra parte, el total de estímulos fiscales aprobado por el Congreso norteamericano hasta ahora ronda los 3 billones de dólares, lo que representa cerca de 14% del PIB.
Por: Janneth Quiroz, Subdirectora de análisis económico de Grupo Financiero Monex
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