Hablemos hoy de las Inversiones de Valor (“Value Investing”), cuando los mercados accionarios de todo el mundo han reportado importantes pérdidas acumuladas en los últimos 3 meses. Por ejemplo, los 3 principales indices accionarios en los Estados Unidos: el S&P 500, el Dow Jones y el Nasdaq, han perdido valor por 26%, 30% y 18% respectivamente, mientras que el indicador de la Bolsa Mexicana de Valores, el S&P/BMV IPC, ha retrocedido 20% en este mismo periodo, las Inversiones basadas en Valor (contrarias a las Inversiones basadas en Crecimiento) buscan cotizaciones de acciones que se ubiquen por debajo de su valor intrínseco o de su valor en libros.
Los inversionistas que siguen este tipo de situaciones, además de aprovechar “gangas” en los mercados, se ayudan invariablemente de un análisis financiero integral de las empresas, para entender su estrategia de inversión, su capacidad de generar utilidades operativas liquidas, la fortaleza de sus gobiernos corporativos, tener una alta calidad crediticia, etc.
Además, las decisiones de inversión deben acompañarse siempre de dos características adicionales: el grado de desarrollo tecnológico con el que operan las compañías y su compromiso real con los temas de sustentabilidad en favor de la sociedad.
Como referencia, al dia de hoy, la relación en el precio a valor en libros al que cotizan en promedio las 500 empresas del índice accionario S&P en EE. UU. es de 2.5 veces (vs 3.6 veces en diciembre de 2019). En México, el principal indicador de la BMV cotiza a 1.7 veces valor en libros (nd para dic. 2019). El valor intrínseco de las empresas públicas deberá ser revisado por todos los analistas, tomando en cuenta las nuevas referencias de tasas de interés cercanas a cero en EE. UU. y Europa, y las caídas esperadas en el PIB mundial.
Ahora ante un escenario inédito para el mundo entero, por las consecuencias de salud y económicas del Covid19 (sin importar causas, culpables o si son o no “Fake news”), se vislumbran cambios estructurales en las economías, en las empresas, pero sobre todo en el comportamiento de los consumidores. Estos últimos están viviendo periodos de reflexión dentro de sus hogares, y es posible que cambien sus preferencias de consumo, tanto en el corto plazo (por la pandemia), como en el mediano y largo plazo, por las consecuencias que enfrentaremos, como alto desempleo, menores salarios, reasignación de los presupuestos de gastos de los gobiernos y una nueva concientización de los ciudadanos.
Las recuperaciones de las bolsas después de “cracks” son largas. En la Gran Depresión de los Estados Unidos, la caída de 90% en la cotización del Dow Jones, inició en octubre de 1929 y tocó fondo en julio de 1932. Fue hasta 1954 cuando este indicador recuperó los niveles anteriores a 1929. Las causas fueron meramente especulativas. En 2001 con el atentado de las Torres Gemelas en NY la bolsa bajó 28% y en la crisis “subprime” el indicador S&P 500 de los EE. UU. cayó 42% de 2007 a 2009, provocada por razones también especulativas. La Bolsa de México se correlaciona en la misma dirección que la que presentan los mercados americanos.
En conclusión, no obstante a que ahora los mercados accionarios cotizan a múltiplos precio a valor en libros más atractivos, se recomienda hacer Inversiones de Valor e ir comprando solo empresas ya analizadas y/o esperar el final de esta nueva guerra del mundo contra un virus, para tener un escenario más claro. De esta forma hay que seleccionar (“cherry picking”) las empresas fortalecidas o que presentarán la mejor valuación intrínseca por arriba de sus precios actuales o P/VL cercanos a 1.
Por: Dra. Araceli Espinosa Elguea. Profesora e Investigadora ITAM
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