Ser parte de la modernización que a finales del siglo XX se gestaba en el mercado bursátil internacional, fue tarea difícil para la Bolsa, pero no imposible, ya que se crearon medidas, estrategias e ideas, que ayudaban a crear un ambiente favorable en el mercado, el prestigio de la Bolsa Mexicana de Valores se ha ido ganando paso a paso, hasta consolidar lo que conocemos hasta el presente y hoy, en Hablemos de Bolsa, te contaremos algunas de las etapas por la que atravesó.
A partir de 1988, el gremio bursátil asumió con gran responsabilidad la reforma de sus bases estructurales y el desarrollo de normas auto regulatorias preventivas. Y a consecuencia de esto y la estrecha colaboración entre la Asociación Mexicana de Casas de Bolsa (AMCB), actualmente Asociación Mexicana de Intermediación Bursátil (AMIB) y la BMV, permitió la elaboración y difusión del Código de Ética de la Comunidad Bursátil. Además de que se intensificó la supervisión de las operaciones, creando así, la dirección de Emisoras y Vigilancia de Mercado.
En el orden de las relaciones internacionales, resultó de gran estímulo en los esfuerzos de globalización, la designación de la Bolsa Mexicana de Valores como integrante del Comité Ejecutivo y del Comité de Trabajo de Paris de la Federación Internacional de Bolsas de Valores. Además, fue aceptada la iniciativa de la representación mexicana, en orden a crear el sub comité de mercados Emergentes. Para en 1989, se comenzaron a considerar los alcances de la globalización financiera, en cuanto a su proyección en el mercado de valores de México. Otra excelente oportunidad para recoger experiencias internacionales al respecto se presentó con motivo de la celebración del XCV aniversario de la fundación de la Bolsa.
Una de las prioridades de la Bolsa Mexicana para definir objetivos precisos y urgentes de la modernización, fue la automatización de procesos e incorporación de tecnologías avanzadas en cuando a generación y difusión de datos, así como mejorar los mecanismos auto regulatorios con los estándares internacionales en materia de métodos operativos, instrumentos, información de emisoras y sistemas de difusión. En cuanto a la automatización del salón de remates, en 1990 se comenzó a trabajar en el desarrollo del Sistema Automatizado de Transacciones Operativas (SATO), después de un estudio de los mecanismos de automatización utilizados en las principales bolsas del mundo.
Otro de los factores del desarrollo y modernización del mercado, así como la importancia creciente de la inversión extranjera, enriquecieron el ámbito de reflexiones y perspectivas analizadas en la Segunda Convención del Mercado de Valores, celebrada en 1991 y en la cual los temas más debatidos fueron los relacionados con las repercusiones y expectativas del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos y Canadá y la canalización del ahorro nacional a través de los fondos de pensiones, próximos a ser instaurados en México.
Otro reflejo del gran avance del proceso de globalización del mercado de valores, inició en 1989, con la publicación del Reglamento de la Ley para Promover la Inversión Mexicana y Regular la Inversión extranjera, lo que trajo un depósito de fideicomiso de acciones reservadas para mexicanos y a través de este mecanismo podían ser adquiridas por extranjeros, con la sola limitación de los derechos corporativos respecto al control de las empresas. Y para 1990 la BMV creó el Área Internacional, dando especial importancia al manejo de información y contacto con las federaciones, bolsas y organismos financieros, teniendo aún más presencia en encuentros, seminarios y conferencias en los Estados Unidos, Europa, y Asia.
Para finales de 1991, ya había 21 emisoras cotizadas en los Estados Unidos y 35 fondos de inversiones con valores mexicanos, operando en diversos mercados mundiales. En ese mismo año se estableció un mecanismo de control y seguimiento de proyectos y se iniciaron estudios tales como el desarrollo de un mercado de productos derivados, y la creación de un mercado intermediario automatizado, para la negociación de acciones de empresas medianas.
Los años 1990 y 1991 fueron una de las etapas más dinámicas de la Bolsa Mexicana de Valores y a partir de ahí y en los últimos años, paso a ser noticia o tema de actualidad, por lo cual sus avances y acontecimientos son motivo de notas periodísticas, ruedas de prensa, artículos informativos, publicaciones, foros, seminarios y reportajes frecuentes.
En 1991 se amplió el horario del salón de remates, además comenzaron a emitirse Certificados de participación Ordinarios Amortizables, los Reportos a Tasa Real en Bonos Ajustables, el papel Comercial Inolizado y los bonos Bancarios de Infraestructura. También se incorporaron los Certificados de Depósitos Bancario y las ventas en corto, para cuya operación la entonces Comisión Nacional de Valores (CNV), actualmente Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) autorizó a 22 emisoras de alta bursatilidad y a cinco Casas de Bolsa.
Estos son solo algunos de los factores importantes que ocurrieron al finalizar el siglo XX, y reflejan el gran esfuerzo que ha representado la Bolsa Mexicana de Valores en los últimos años, perfeccionando cada año cada una de sus áreas y operaciones, hasta ser lo que hoy conocemos como sus logros que se fortalecieron en el país y en el mundo.
Te invitamos a visitar el Museo de la Bolsa (MUBO), donde encontraras a detalle la historia del mercado de valores mexicano.
1. Información obtenida del libro Cien Años de la Bolsa de Valores en México 1894-1994,
mismo que tiene como base el acervo iconográfico, notas y testimonios del Sr. Ernesto Riveroll González y la participación de los colaboradores externos
de la Dirección de Información y Estadística de la BMV.
Por: Comunicación Corporativa
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