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Derivados en tiempos de Transformación

A principios de enero la prensa daba a conocer que PEMEX había adquirido “coberturas” para proteger el precio del petróleo mexicano de exportación, utilizando un instrumento denominado “put”, el cual garantiza un precio promedio de $55 dólares para el barril de exportación. Dicha cobertura garantiza el ingreso por exportaciones petroleras, tan vitales para la salud de las finanzas públicas.

El costo del instrumento contratado fue ligeramente superior a 1,200 millones de dólares.

¿Qué significa haber hecho esta operación? ¿Qué beneficios trae? ¿Por qué pagar más de mil millones de dólares en este “put” de petróleo?

Las exportaciones de petróleo siguen siendo un componente fundamental de los ingresos del Gobierno mexicano, pues con dichos ingresos se pagan servicios, infraestructura, programas sociales, etc., pero su precio se determina por muchos factores en mercados internacionales; no lo controlamos. Aún más, es tremendamente volátil.

Tan sólo en el último año, el barril de petróleo de referencia, el WTI, ha llegado a los 70 dólares, sólo para caer hasta los 40 dólares en cuestión de meses. ¿Qué pasaría si el gasto gubernamental estuviera sujeto a recursos tan erráticos? No sería posible realizar proyectos de infraestructura de mediano o largo plazo; no se podrían establecer metas de combate a males sociales como la pobreza; en otras palabras, no se podría planear con certeza el gasto público.

El “put” contratado por Pemex permite que la paraestatal venda la mezcla mexicana a cualquier precio por arriba de 55 dólares, aprovechando si el mercado sitúa el precio en niveles altos; pero si el precio cayera a 50 o 45, o 40 dólares, Pemex seguiría vendiendo el barril a 55 dólares, sin importar los vaivenes del precio internacional. El “put” Garantiza así el nivel de ingreso por exportaciones petroleras previsto en el presupuesto público.

Este “seguro” es un derivado financiero. Sin ellos, las operaciones de materias primas, tipo de cambio, tasas de interés, índices de Bolsa, etc., serían mucho más inciertas. Claro, el instrumento cuesta, como cuestan los seguros de cualquier producto o servicio, los cuales deseamos no tener que utilizar, pero agradecemos tenerlos cuando la necesidad se presenta.

Las exportaciones de mezcla mexicana en 2018 fueron poco menos de 25,000 millones dólares, tan sólo hasta noviembre. Los 1,200 millones de dólares que se pagaron por el “put” para proteger los ingresos de Pemex son semejantes a lo que pagamos en primas de seguro de carro o casa, para proteger nuestro patrimonio. Es un costo razonable por administrar el riesgo.

Y así como los derivados sirven para proteger los ingresos de Pemex, podrían servir para proteger los ingresos de muchas PyMEs en el sector exportador.

La nuestra es una economía enormemente abierta donde millones de empleos dependen directa o indirectamente del comercio internacional, que conlleva necesariamente la exposición al riesgo cambiario del peso contra el dólar; riesgo que puede ser mitigado usando derivados.

México está iniciando una etapa de importantes transformaciones. Ojalá el ejemplo del nuevo Gobierno, cubriendo el riesgo de los mercados de energía, sea seguido por muchas empresas e instituciones en todos los demás sectores de la economía.

Por: Comunicación Corporativa
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